chat nuevo

Centro Fuego Nuevo presentó su conferencia El Catequista, Testigo de la Vida Nueva en Cristo

Conferencia El Catequista, Testigo de la Vida Nueva en Cristo

El Centro Fuego Nuevo (CFN) de la Facultad de Estudios Bíblicos, Pastorales y de Espiritualidad de UNIMINUTO (FEBIPE) en alianza con el Laboratorio de Catequesis del CELAM realizó con éxito el pasado 26 de octubre de 2022 el evento virtual denominado “El Catequista, Testigo de la Vida Nueva en Cristo” con la participación del padre Manuel José Jiménez de Colombia y del laico Marcial Riveros de Bolivia.

El evento, El Catequista, Testigo de la Vida Nueva en Cristo, fue transmitido en vivo por los canales de la FEBIPE y del CELAM y contó con una nutrida participación a nivel internacional de más de 600 personas de múltiples países de Latinoamérica y Estados Unidos. Los participantes pudieron tener un panorama de reflexión y de eco sobre los principales postulados que fueron tratados en el “III Congreso Internacional de Catequesis” realizado en septiembre de 2022 en el Vaticano, organizado por el Dicasterio para la Evangelización, con intervenciones de expertos de varios países.

El laico Marcial Riveros, miembro del Laboratorio de Catequesis del CELAM, presentó una sinopsis de los antecedentes y contenidos que fueron tratados en el “III Congreso Internacional de Catequesis”, en el Aula Pablo VI de la Ciudad del Vaticano, organizado por el Dicasterio para la Evangelización, enmarcados en el estudio y reflexión sobre la tercera parte del Catecismo de la Iglesia Católica:  La vida nueva en Cristo, la Catequesis bajo una perspectiva sinodal, la catequesis orientada sinodalmente, la libertad en Cristo, aportes de la catequesis para la renovación social y eclesial, la fraternidad social, aprender de los pobres, cuestiones y males culturales, la vida moral y la consciencia moral. Posteriormente, acentuó la invitación a avanzar en el camino de construir un laboratorio de diálogo que permita compartir experiencias, saberes y recursos a nivel continental para enriquecer así el ejercicio de la catequesis en diversos entornos.

Por su parte, el Padre Manuel José Jiménez, Coordinador del Laboratorio de Catequesis del CELAM, se enfocó en la vocación y misión del catequista, y particularmente, hizo énfasis en lo planteado en el CAPÍTULO IV del Directorio para la Catequesis con referencia a la naturaleza y finalidad de la formación de los catequistas. La formación es un proceso permanente que, bajo la guía del Espíritu y en el seno vivo de la comunidad cristiana, ayuda al bautizado a tomar forma, es decir, a desvelar su identidad más profunda, que es la de hijo de Dios en una relación de profunda comunión con los demás.

El trabajo formativo actúa como una transformación de la persona, que interioriza existencialmente el mensaje del Evangelio, para que ello pueda ser luz y orientación en su vida y misión eclesiales. Este proceso, que tiene lugar en lo íntimo del catequista, incide profundamente en su libertad y no puede reducirse simplemente a una instrucción, a una exhortación moral, o a una renovación de métodos pastorales.

La formación tiene como finalidad, en primer lugar, concientizar a los catequistas de ser, como bautizados, verdaderos discípulos misioneros, es decir, sujetos activos de la evangelización y, sobre este fundamento, capacitados por la Iglesia para comunicar el Evangelio, acompañar y educar en la fe. Por lo tanto, la formación de los catequistas ayuda a desarrollar las habilidades necesarias para la comunicación de la fe y para acompañar el crecimiento de los hermanos. En este proceso se deben considerar algunos criterios prioritarios que parten de una espiritualidad misionera y evangelizadora, que el catequista pueda desarrollar una formación integral de fe desarrollando tareas de iniciación, de educación y de enseñanza, con un estilo de acompañamiento y coherencia entre los estilos formativos, es decir, que debe existir una coherencia entre la pedagogía global de la formación del catequista y la pedagogía propia de un proceso catequético.

La formación del catequista incluye varias dimensiones. La más profunda hace referencia al ser catequista, incluso antes de hacer de catequista. La formación también estará atenta a la dimensión del saber, lo que implica una doble fidelidad al mensaje y a la persona en el contexto en el que vive, y, por último, dado que la catequesis es un acto comunicativo y educativo, la formación no descuidará la dimensión del saber hacer.

  • Actualidad Pastoral