
Feria de Responsabilidad Social en el Eje Cafetero

Estudiantes de cuarto semestre de los diferentes programas de los Centros Regionales de Chinchiná y Pereira compartieron el proceso y resultado de la práctica en Responsabilidad Social que desarrollaron en diferentes comunidades indígenas, barriales y familiares, adelantando espacios de sensibilización ambiental y social.
En la Feria, que se desarrolló de manera virtual, se sustentaron trabajos de dos grandes temas como lo son Ciudadanos ambiental y socialmente responsables con el cuidado de la vida, que busca promover y fortalecer en los estudiantes y sus comunidades inmediatas la cultura y relación efectiva con la naturaleza mediante la metodología TiNi y Ciudadanías Digitales, que impulsa la formación ciudadana de los estudiantes en torno a un tema o problemática social actual, por medio de la movilización de redes sociales, con el fin de desarrollar acciones de sensibilización en entornos virtuales y de consciencia en contextos presenciales.
219 fue el número total de estudiantes que trabajaron con las comunidades apropiándose del don del servicio inculcado por nuestro fundador el Padre Rafael García Herreros, donde 85 personas representaron a Chinchiná y 134 a Pereira. Sobre el evento y el impacto social María Paola Bermúdez Villaneda, coordinadora de proyección social dijo:
Videos, revistas digitales, diapositivas y presentaciones en vivo fueron los recursos que utilizaron cada uno de los grupos para exponer sus proyectos de forma virtual, en los que también estuvieron involucrados sus familiares, amigos y vecinos.
Además, por medio de la Pizarra Colaborativa digital, en la plataforma Padlet, se reunieron las reflexiones y experiencias de los practicantes quienes dejaron profundos aprendizajes, análisis y agradecimientos.
El proyecto que se mantiene como alternativa de la materia teórico-práctica en Responsabilidad Social ha sido la justificación perfecta para fortalecer relaciones familiares y sociales de los estudiantes, quienes, por medio de la elaboración del huerto en tres espacios, han logrado conectarse nuevamente con quienes les rodean.
La construcción del huerto implica pensar en la siembra que involucre y beneficie a la familia, por lo que cultivan alimentos como zanahoria, cilantro, cebolla, apio, entre otros, un espacio para la naturaleza en el que por medio de flores se crea la dinámica de polinización donde las abejas son las protagonistas, finalmente un espacio personal pensado únicamente para el estudiante, en un trabajo introspectivo en el que, por lo general, siembran aromáticas o plantas decorativas como lo son las suculentas.
Muchas fueron las experiencias plasmadas en las que hijos, esposos, hermanos, padres y abuelos trabajaron juntos para llevar adelante el proceso, sin embargo esto no solo requería de siembra sino de recuperar un espacio perdido, como solares abandonados, jardines, basureros, rincones húmedos y deteriorados con el propósito de apropiarse de manera consciente de él y que, por medio de la socialización de valores como la solidaridad, respeto, amor por la vida, trabajo en equipo pudieron ser readaptados, dándole funcionamiento y sentido al lugar. Sobre su experiencia personal, Camila Alejandra Hoyos Tobar, comentó en la pizarra colaborativa:
Además del huerto, que en múltiples casos se desarrolló en un espacio público como antejardines, parques, zonas verdes deterioradas, brindó a las diferentes comunidades charlas, lideradas por los estudiantes de cada proyecto, sobre la importancia del reducir, reutilizar y reciclar fortaleciendo la concientización ambiental y el trabajo vecinal y barrial. Sobre el proceso Leidy Johana Bedoya Marín del proyecto Aprendizaje SEAW expresó:
Finalmente, los involucrados presentaron cuentos, poemas, historias creativas y personales que profundizaron en cada una de las experiencias. Haciendo hincapié en esto Juana Marín Velásquez dijo:
Hablar de Ciudadanías digitales se ha convertido en un tema obligado en la actualidad, educar a los estudiantes para que enfrenten desafíos y usen de manera responsable las herramientas es indispensable en los entornos académicos. Por eso, desde la Práctica en Responsabilidad Social se motiva para que, por medio del buen uso de las redes sociales se impulsen proyectos que ayuden a fortalecer el tejido social de la región, abarcando temas y problemáticas sociales.
Durante este primer semestre, los estudiantes usaron como red primaria Facebook, creando contenido de valor que visibilizó y concientizó a la comunidad Emberá Chamí con el proyecto Indi-Raices, el autismo con Color Esperanza, la violencia de género con Golpe de Amor, el maltrato animal con, Mavec pets “Somos la voz de los que no tienen voz” y salud mental con Psico/orbe.
Estos proyectos involucraron directamente a las diferentes comunidades y propiciaron espacios virtuales de seminarios, charlas y conversaciones entorno a estos temas sensibles y que dejaron huella en los líderes de los proyectos. Sobre eso, John Aricapa de Mavec Pets dijo:
Además, durante el proceso adquirieron nuevos conocimientos frente a los temas, crearon lazos con las comunidades intervenidas, mayor consciencia frente a cada una de las problemáticas, cultivaron valores como la solidaridad, la paciencia, la empatía, resiliencia, salieron de sus zonas de confort, ganaron perseverancia y ampliaron sus horizontes frente a la sociedad y el nivel de pertinencia de estos temas. Luz Adriana Monsalve López del proyecto Indi-Raices expresó:
Finalmente, el propósito de la Feria y, principalmente de la práctica, se cumplió, pues propició espacios que incentivaron en los estudiantes la ayuda a la comunidad, los sensibilizó frente a diferentes problemáticas y necesidades sociales y ambientales, así puntualizó María Victoria Latorre Sánchez, docente líder del Centro de Educación para el Desarrollo – CED: