Iniciativas de economía popular del proyecto “Somos Economías para la Vida” culminaron favorablemente la fase de caracterización y diagnóstico

El programa desarrollado por Minculturas y UNIMINUTO concluyó su fase de diagnóstico caracterizando 480 iniciativas de economía popular.  

• La caracterización y diagnóstico se aplicó a un total de 480 organizaciones, iniciativas y colectivos en 28 municipios estratégicos del país.
• Las principales actividades económicas evidenciadas son las artes musicales, oficios y saberes tradicionales, medio ambiente, artes escénicas, pesca, oficios y saberes ancestrales, turismo cultural, artesanías y gastronomía.
• Se resalta la participación de 176 unidades productivas, iniciativas o colectivos que manifestaron ser víctimas de conflicto armado o desplazamiento de sus territorios.

"Somos Economías para la Vida", el programa liderado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes en alianza con UNIMINUTO que busca impulsar iniciativas locales de turismo cultural comunitario y economías populares, ha culminado favorablemente su fase de caracterización/diagnóstico en la que se identificaron organizaciones, iniciativas y colectivos de 11 departamentos del país.

La fase de Diagnóstico y Caracterización tuvo como propósito principal conocer en detalle las capacidades de cada organización, iniciativa o colectivo participante. Se realizó un análisis de su situación interna, capacidad tecnológica, organizacional, de infraestructura, así como su grado de innovación y posicionamiento en el mercado. Este proceso integral permitió analizar tanto las particularidades externas como internas de cada iniciativa, ofreciendo una visión completa de su estado actual.

Las unidades productivas, como se le conoce a las iniciativas productivas comunitarias, han sido diagnosticadas y caracterizadas en espacios individuales personalizados. Frente a esto Dayana Hernández Ipuana, participante del programa Somos Economías para la vida en el departamento de la Guajira, resaltó que: 

La caracterización y el diagnóstico se aplicó a un total de 480 organizaciones, iniciativas y colectivos. Este trabajo se realizó en modalidad virtual y presencial en 28 municipios estratégicos del país, incluyendo Villahermosa, Líbano, Murillo, Mariquita, Fresno, Fálan, Honda, Armero Guayabal (incluyendo Armero Ruinas), Lérida, Ambalema, San José del Guaviare, La Chorrera, Cumaribo, Inírida, El Encano, Sibundoy, Tumaco, Barbacoas, Francisco Pizarro, Nuquí, Acandí, Ungía, Riohacha, Manaure, Uribia, Maicao, Bogotá D.C. y Choachí.

Una radiografía para fortalecer las economías populares

Los datos obtenidos tras la fase de Diagnóstico Participativo y Caracterización revelaron diversidad en las principales actividades económicas de las unidades productivas, destacándose las artes musicales, oficios y saberes tradicionales, medio ambiente, artes escénicas, pesca, oficios y saberes ancestrales, turismo cultural, artesanías y gastronomía.

En cuanto a las áreas temáticas, se identificó un énfasis en la economía popular, cultural y comunitaria, así como en el turismo cultural comunitario. Desde una perspectiva de género, se observó que la participación femenina equivale a un 65% por cada unidad productiva, iniciativa o colectivo. Dentro de estas, se identificó la participación de un total de 5817 mujeres y 4312 hombres. Respecto a los grupos poblacionales, estos se dividen en 4505 afrodescendientes, 3584 indígenas, 195 personas de la población LGBTIQ+ y 288 en situación de discapacidad.

También, se resalta la participación de 176 unidades productivas, iniciativas o colectivos que manifestaron ser víctimas de conflicto armado o desplazamiento de sus territorios, principalmente en departamentos como Chocó y Nariño.

Frente a la implementación de innovaciones las más frecuentes se concentran en productos y servicios, seguidas de procesos y tecnología. Esto indica una orientación práctica de las unidades, organizaciones y colectivos hacia la mejora de su oferta y la atención al cliente. También, se observa un importante componente de sostenibilidad, con acciones como el uso de empaques biodegradables, energía solar y aprovechamiento de residuos.

En cuanto a proyectos de innovación a mediano o largo plazo, las organizaciones buscan consolidar su sostenibilidad mediante formalización, crecimiento y digitalización. La mayoría de los proyectos proyectados a 2-5 años apuntan a tener locales propios, fortalecer la comercialización digital, desarrollar infraestructura turística y cultural y crear alianzas estratégicas. Se identifican apuestas por el turismo comunitario, la educación ambiental y la transformación productiva sostenible, con énfasis en mejorar la calidad de vida y generar empleo local.

Este proceso de diagnóstico participativo y caracterización ha permitido consolidar información clave para el fortalecimiento de las unidades productivas, colectivos y organizaciones participantes, proporcionando una visión integral de sus capacidades internas, dinámicas territoriales y su nivel de desarrollo en áreas estratégicas como finanzas, mercadeo, innovación, gestión administrativa, redes y alianzas. Estos hallazgos son determinantes para el diseño a futuro de acciones que impulsen el tejido productivo y cultural de los territorios.