
Gestión Estratégica: semillas que germinan en el Golfo de Morrosquillo

Emprendedores en San Onofre desarrollan línea del tiempo
Más de 150 participantes de 85 unidades productivas finalizan el tercer módulo del proyecto “Cenit Impulsa al Golfo de Morrosquillo”.
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo” - (Albert Einstein).
El proyecto “Cenit impulsa al Golfo de Morrosquillo” atraviesa por el meridiano de su fase formativa, un punto intermedio entre aquellos curiosos y primeros pasos que comenzó dando cada unidad productiva del territorio y aquella expectativa que recorre a cada estudiante, profesor y colaborador al preguntarse qué sigue en este fascinante y misterioso viaje por la región caribeña colombiana.
“Ya vamos por la mitad”, se escuchó entre los participantes durante una de las sesiones, lo cual refleja el avance de un proceso que poco a poco comienza a dejar huella en el territorio. El cierre del tercer módulo del Diplomado también deja ver cómo florecen nuevas ideas, más conectadas con la realidad local, los saberes del lugar y los desafíos del entorno que va forjando una comunidad de empresarios, emprendedores y productores con una idea, una visión y una unidad productiva distinta.
El tercer módulo, “Gestión Estratégica”, supuso un paso vital, retador, significativo para las unidades productivas. Fue un espacio, siempre reflexivo e indagador, que permitió fortalecer aspectos clave como la toma de decisiones, la planificación, la sostenibilidad y elementos identitarios de cada unidad, los cuales necesitan ir acompañados de acciones concretas y estrategias adecuadas que transformen esas pequeñas y a veces tambaleantes ideas en grandes soluciones.
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Comienza la primera sesión introductoria, donde la escucha y la apropiación fueron los protagonistas:
Un punto de partida en el que se reflexionó con las unidades sobre el liderazgo colaborativo y la capacidad de guiar desde la escucha y la inspiración; un segundo momento para abordar la sostenibilidad como ese poderoso pilar para crecer económica, social y ambientalmente; una herramienta como el “Círculo Dorado” utilizada para profundizar en el porqué de cada unidad productiva, y una construcción con sensibilidad y esfuerzo de la misión, visión, valores y objetivos para sembrar las bases de una gestión con sentido.
Durante la segunda sesión, cada aprendizaje adquirido comienza a cobrar sentido y, una actividad tras otra comienza a consolidarse la idea de una estrategia transformadora:
Primero aplicando las “cinco fuerzas de Porter” para comprender el mercado y aquellos elementos externos que hacen parte del ecosistema empresarial; después realizando un diagnóstico interno con la matriz DOFA para identificar lo bueno y lo malo, aquello que controlo y aquello que no controlo; continuamos formulando esa estrategia que encaja como la pieza justa de un rompecabezas en cada unidad productiva, y, finalmente, consolidando un Portafolio de Servicios como ese mapa que cuenta qué ofrecemos, cómo lo hacemos... quiénes somos.
Finaliza entonces el tercer módulo del Diplomado “Gestión Empresarial e Innovación”, con nuevos conocimientos en la gestión estratégica y viendo como cada participante, en cuerpo y alma, se conecta más y más al proceso de aprendizaje como un niño entusiasmado, disfrutando cada lección y comprendiendo el impacto que tiene cada temática y cada actividad en el desarrollo de su unidad productiva... en la transformación de su territorio.
Esa transformación involucra no solo a quien aprende sino también a quien enseña, porque el aprendizaje se vuelve tan recíproco que es imposible no llevarse algo al estar con aquellos que desean aprender:
No solo es la emoción de Yenny al ver los frutos del aprendizaje, también es el orgullo de ver cómo ha avanzado cada unidad productiva a lo largo de estos primeros y significativos siete meses del proyecto. Se percibe una evolución, un cambio, una manera de pensar diferente, y cada elemento suma para tener la seguridad de que se está avanzando por el camino correcto.
Desde la planificación, la visión a medio y largo plazo, la propiedad para expresarse o las nuevas herramientas tecnológicas apropiadas durante este proceso... cada atisbo es la evidencia necesaria para abrazar con plenitud el trayecto recorrido hasta ahora, empujado por la motivación de los participantes de ser esa fuerza transformadora que impulse cada municipio a nivel socioeconómico y ambiental.
Así concluye la mitad del camino en la fase formativa del proyecto “Cenit impulsa al Golfo de Morrosquillo”, un proceso en el que la verdadera fuerza sigue estando en el compromiso y la dedicación con la que cada participante aporta a su crecimiento personal y al desarrollo de la región. Por eso, al cerrar este módulo, vuelve a resonar esa pregunta que nos impulsa hacia adelante: ¿y ahora, ¿qué sigue?