
Liberlab: Tejiendo libertad desde el arte, el emprendimiento y la esperanza en Pasto

Con el proyecto Liberlab, el Centro Universitario Pasto de UNIMINUTO ha venido trabajando por el proceso de resocialización en personas privadas de la libertad a través del aprendizaje y el emprendimiento, otorgando posibilidades de readaptación a la sociedad.
En una jornada llena de música, danza, color y creatividad, personas privadas de la libertad en la ciudad de Pasto, participaron en la Casa Cultural Pandiaco o Casa del Carnaval, de un espacio transformador cargado de emociones y talento gracias al proyecto denominado Liberlab, el cual es liderado por el Centro Universitario Pasto de UNIMINUTO con el apoyo del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario – INPEC – y la Alcaldía de Pasto.
Los protagonistas de este hermoso proyecto son los internos e internas de la cárcel y penitenciaria de media seguridad de Pasto, quienes, a través de este proceso de resocialización, acceden a metodologías de aprendizaje y emprendimiento en el marco de una segunda oportunidad en comunidad, en un acto de dignificación, resiliencia y humanidad.
Liberlab nace del compromiso sostenido de UNIMINUTO en este centro carcelario, donde desde hace nueve años se han venido adelantando procesos de voluntariado, investigación y responsabilidad social. Con esta iniciativa, la Rectoría y su Centro Universitario busca no solo ofrecer formación en emprendimiento, sino acompañar una transformación profunda del proyecto de vida de quienes participan.
También te puede interesar: De Chinchiná a Europa: gracias a la Beca Erasmus+, el profe que protege el medio ambiente a través de la economía circular
Jacqueline Aux, es docente del Centro Universitario Pasto, y ella, ha sido la líder de esta iniciativa y menciona que “más que hablar de procesos de resocialización, nosotros hablamos de cómo mejorar y fortalecer el proyecto de vida de cada una de las personas privadas de la libertad, y este espacio es justamente para visualizar no solamente lo que ellos realizan desde el emprendimiento, sino también para que puedan empezar a reconocerse como sujetos activos de su territorio”.
El fin de las personas privadas de la libertad es la de generar productos que podrán ofrecer a los diferentes públicos y de este modo, obtener ingresos económicos con los que también podrán ayudar a sus familias. Esta primera colección generada en Liberlab la han llamado “Libertad”, en el que su logo es un colibrí, utilizando colores cargados de significado como el azul y el verde, presentes también en los ambientes festivos del carnaval de la ciudad.
Uno de los participantes, Kevin Usamag, expresó emocionado: “Este proceso nos enseñó a saber quiénes somos, cómo cambiar nuestro pensamiento, a emprender, a tener paciencia y a trabajar en equipo. Cada producto es reflejo de nuestras emociones”. Kevin compartió cómo el proyecto lo ayudó a canalizar la ansiedad del encierro a través de la creación: “Gracias a todas las personas que nos apoyaron. Aprendí que sí se puede cambiar”.
El proyecto también ha contado con el apoyo de la Comunidad Terapéutica “Remando Juntos”, dirigida por el dragoneante y psicólogo Eduardo Mesías. “Trabajamos con personas en proceso de rehabilitación por consumo de sustancias psicoactivas. Este proyecto les ayuda a resignificar su vida y construir un nuevo proyecto que les permita reinsertarse positivamente en la comunidad”, afirmó.
Se proyecta ya una segunda colección, nuevos aliados que aportes al proceso de transformación y más espacios para visibilizar el talento que se cultiva al interior del centro penitenciario. Liberlab no es solo un proyecto de emprendimiento: es una invitación a mirar con otros ojos a quienes buscan reconstruirse y contribuir a sus comunidades.