Presentación
El deporte es un valor en alza en nuestra sociedad. Muestra de ello es la multiplicación de corredores populares, o runners, que se congregan en el desarrollo de carreras y maratones en toda la geografía nacional e internacional. Los beneficios principales son la mejora de las condiciones físicas del sujeto gracias al entrenamiento constante de la musculatura y el resto de los órganos y sistemas implicados en la locomoción.
Los estoicos y otras escuelas morales propusieron otro tipo de entrenamiento: el de las potencias morales y éticas, o si queremos, existenciales. Como en el caso de las potencias corporales, la falta de entrenamiento en habilidades existenciales produce un debilitamiento que conduce a efectos como las siguientes: las pasiones gobiernan la acción, se es incapaz de pensar críticamente y, por tanto, el individuo es manipulado y la capacidad para percibir la profundidad de los asuntos se cierra.
Filósofos como Marco Aurelio, Séneca o Epicteto dividieron la antropología del hombre en tres partes: física, ética y lógica. Con el fin de cuidar el sí mismo, era preciso un conocimiento profundo (1) de la naturaleza para conocer y seguir su principio rector (la razón) y no ser dominado por las pasiones, (2) de las bases éticas del comportamiento y (3) de las reglas de la argumentación.