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Columna de nuestro rector padre Harold Castilla Devoz | Profesionalizar integralmente

Columna del rector padre Harold Castilla Devoz, cjm, en el diario La República.

Hace algunos días leí un artículo de dos profesores distinguidos del Boston College que me llamó mucho la atención por el objetivo de su reflexión.

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Se trataba de un texto que hacía referencia a la importancia actual que hoy tiene la educación superior y que como en ningún otro momento de la historia, aunque hiciéramos una línea de tiempo de la importancia de esta, la educación superior sirve a muchos propósitos para el ser humano y para la sociedad en general.

Por mucho que hoy escuchemos voces que hablan de que la educación superior no está en la mente de muchos jóvenes porque prefieren otros caminos más flexibles de educación para lograr de un modo más rápido las competencias y habilidades para el trabajo, lo cierto es que ir a las universidades sigue siendo un camino posible para desarrollar un proyecto de vida con mayor valor y, en el contexto de la fuerza laboral, poder tener unos ingresos mayores que sus pares no graduados.

Así las cosas, las Instituciones de Educación Superior (IES) en el presente están estrechamente relacionadas con la formación profesionalizante que permite la cualificación de mano de obra para la dinámica relación entre capital-trabajo.

 

 

Históricamente, desde la universidad de Bolonia en Italia (año 1088), pasando por Harvard (año 1636) y luego Instituciones públicas como Michigan y Wisconsin, así como en Francia, siguiendo las reformas Napoleónicas de 1808, creando las grandes écoles, se establecieron universidades que atendían las necesidades profesionales y vocacionales.

Lo mismo pudiéramos decir de la tradición académica China que ya en el siglo VIII estableció escuelas para brindar educación en los clásicos confucianos y luego para capacitar a jóvenes para el servicio civil imperial, brindando así una forma de capacitación laboral.

En síntesis, las IES se centraron en la educación y la formación profesional surgiendo como instituciones poderosas y de gran éxito para brindar capacitación para economías cada vez más complejas, para atender un número sin precedentes de estudiantes y una comprensión mayor de la sociedad. se pasó entonces de una dimensión elitista de la educación a una acción masiva vista como un camino seguro para la movilidad social y ofrecer las competencias y habilidades necesarias para el éxito en la vida.

 

La academia pasó de ser un pequeño sector de élite a un sistema amplio y diversificado de instituciones que atienden muchas necesidades sociales, económicas y personales.

 

 

A nivel mundial, los sistemas académicos tienen más éxito cuando están diversificados, con universidades de investigación selectiva, instituciones de acceso masivo y escuelas enfocadas en la formación profesional, a menudo con una combinación de instituciones públicas y privadas.

Desarrollar la fuerza laboral será el objetivo concreto de muchas de estas instituciones que se han configurado en la historia de la gestión y estructura académica para el desarrollo de la educación superior. El hecho es que la mayoría de las IES siempre han estado involucradas en educar a las personas para el trabajo.

En Colombia, el nuevo Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 lo expresa en sus artículos 81, hablando del sistema nacional de cualificaciones y el 371, con el impulso que se le quiere dar a la educación para el trabajo y el desarrollo humano (Etdh).

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