
Columna de nuestro rector padre Harold Castilla Devoz | El aprendizaje impulsado por IA

Columna del rector general de UNIMINUTO padre Harold Castilla en La República.
A lo largo de la historia de la humanidad siempre se han vivido momentos de evolución y cambios del sistema educativo. Hoy experimentamos de un modo más impactante uno de esos momentos de transformación a propósito del mundo de las tecnologías, particularmente por la convergencia del intelecto humano y la inteligencia artificial, IA.
Esta última ya no se limita al ámbito de la ficción especulativa sino que se ha convertido en una fuerza transformadora para reimaginar lo que puede y debe ser el sistema educativo y de manera particular el aprendizaje. Al igual que con los cambios de paradigma anteriores, como la imprenta, la revolución industrial, la revolución democrática, la educación pública universal e internet, la IA tiene el potencial de remodelar la educación en este siglo XXI y quizá más allá de este. El nuevo Papa León XIV lo expresó diciendo que vivimos “otra revolución industrial y los desarrollos de la IA que comportan nuevos desafíos en la defensa de la dignidad humana”.
Volviendo a la cuestión del aprendizaje y su relación con la apropiación y adaptación de la IA, esta debe implementarse de manera ética e inclusiva, y ser pedagógicamente sólida. Al final, lo que debemos preguntarnos es sobre cómo la IA puede replantear las nociones de enseñanza, aprendizaje y desarrollo humano. Efectivamente, hoy los actores de la educación superior, es decir, los estudiantes exigen entornos de aprendizajes menos estáticos y mucho más dinámicos, posibilitando un aprendizaje no rígido y haciéndolo más interdisciplinario.
Con la IA el aprendizaje tiene el potencial de convertirse en un proceso más dinámico, adaptable y personalizado. Para que esto suceda, es necesario incorporar al acto educativo los asistentes de aprendizaje que son sistemas de tutorías inteligentes que permiten en tiempo observar cómo el estudiante va desarrollando su rendimiento académico y cómo se le van haciendo las retroalimentaciones del caso, ofreciéndole acompañamiento para ajustar sus resultados de aprendizaje.
Lo más significativo de este enfoque educativo hoy es que se ofrece a los estudiantes rutas de aprendizaje personalizado. La IA puede mejorar la enseñanza y puede también ayudar a identificar dónde y por qué los estudiantes están teniendo dificultades, lo que permite a los maestros tener una visión más clara para intervenir y desencadenar el apoyo académico oportuno.
Así como la IA está transformando el aula de clases, también está ofreciendo la oportunidad a los maestros de reinventarse y ya no ser el único proveedor de conocimientos sino “arquitectos del aprendizaje” que orientan a los estudiantes a través de experiencias que permiten combinar el juicio humano y la creatividad con la IA.
En este sentido, los maestros asumen el compromiso y la responsabilidad de ser mentores de los estudiantes para que estos crezcan en la alfabetización digital y cultivar las competencias meta-cognitivas, de pensamiento crítico y éticas para el momento de su implementación y adaptabilidad. La IA puede realizar algunas tareas en el proceso de aprendizaje y docencia (calificar acciones repetitivas, monitorear patrones de participación, recomendar materiales, etc.).
El aprendizaje impulsado por IA no es una historia sobre máquinas. Se trata de personas. De allí el reto de cómo usar la tecnología para fomentar la agencia humana, promover la inclusión y cultivar un ecosistema de aprendizaje más impactante.