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Columna de nuestro rector padre Harold Castilla Devoz | Competencia clave: comunicar asertivamente

Columna del rector padre Harold Castilla Devoz, cjm, en el diario La República.

Columna del rector padre Harold Castilla Devoz, cjm, en el diario La República.

Sobre la comunicación, una autora americana -que murió el año pasado (Sharon Anthony Bower) - decía lo siguiente: “La diferencia básica entre ser asertivo y ser agresivo es lo que nuestras palabras y comportamientos afectan los derechos y el bienestar de los demás”.

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Traigo a este escenario, la comunicación, tan exigida y dinámica en estos tiempos por un mundo hiperconectado y de redes sociales, pero al mismo tiempo experimentamos realidades contradictorias que pasan por faltas de entendimiento, precisión, con sesgo o contenido falso.

Cuando hablamos de comunicación podemos encontrar un sinnúmero de significados. Desde la antigua Grecia ya Aristóteles planteó un modelo de comunicación, compuesto por emisor, mensaje y receptor, dejando muy claro que la meta principal del proceso comunicativo es la persuasión, es decir, el intento que hace el orador de llevar a los demás a tener un mismo punto de comprensión de la realidad, cualquiera que esta sea.

Ciertamente, la comunicación es una dimensión inherente a las realidades humanas y sociales, a través de la cual se posibilitan los procesos de individuación, identidad, relacionamiento y socialización de las personas.

 

Comprendido lo anterior, podemos dimensionar la importancia que tiene la comunicación para construir y deconstruir cultura en un proceso de significación y resignificación de las realidades propias del ser y de sus contextos. De allí entonces, la importancia que adquiere la comunicación asertiva como competencia básica en un proyecto educativo.

Formar en ella es potencializar una habilidad que permite construir sociedad de forma clara, pertinente y eficaz. No siempre lo que las palabras dicen es lo que el cuerpo expresa y lo que los ojos ven no siempre es lo que la mente capta. Al respecto, muy bien decía el filósofo griego Sócrates “que cuando la persona habla se puede ver su alma”. En este mismo sentido, también los autores modernos insisten en que la comunicación es la posibilidad que tenemos los humanos de transmitir a los demás un mensaje cargado de significado. Formar en la habilidad de la comunicación asertiva permite trascender en los demás en su consciencia, en su habilidad, en su estado de ánimo, en su ser.

Es un efecto multiplicador que permite interpelar al otro. También transforma, es decir, con este proceso se alcanza una resignificación de las realidades inmediatas, se logran nuevos imaginarios. En la interpelación que logramos con la comunicación asertiva dejamos una marca en el otro, bien sea por una percepción positiva o negativa. Cuando utilizamos este tipo de comunicación asertiva logramos que esta huella sea positiva, y que la marca sea para siempre.


Uno de los grandes desafíos de nuestra humanidad es aprender a comunicarnos, y este deberá ser uno de los propósitos del proyecto educativo de una Institución de Educación Superior (IES). De la comunicación depende la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra, la verdad o la mentira, la polarización o el consenso. Comparamos la comunicación asertiva con una piedra preciosa: si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura ciertamente será aceptada con agrado. La comunicación asertiva es comunicar de una manera clara, adecuada, empática y efectiva lo que queremos.

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