Con la intención de reconocer el impacto de las inmersiones sociales en las comunidades y fortalecer el diálogo entre la academia y los territorios, la Corporación Universitaria Minuto de Dios realizó el encuentro "Tejiendo Esperanza: Voces, experiencias y retos de las Inmersiones Sociales", donde líderes sociales y académicos de distintas regiones del país reflexionaron sobre cómo la educación puede convertirse en un camino real hacia la paz y la transformación social, a propósito del impacto del Programa de Inmersiones Sociales “Con los Pies en la Tierra” de UNIMINUTO.
Desde 2022, el programa ha permitido que más de 600 estudiantes se integren a comunidades de 62 municipios en 20 departamentos del país, durante un semestre participan en procesos de aprendizaje y trabajo conjunto. A través de sus conocimientos académicos, aportan al fortalecimiento del desarrollo local, la transformación y el compromiso social.
El evento inició con el conversatorio “Tejido social y academia: cultivando la paz en los territorios” con la participación de Monseñor Héctor Fabio Henao, y el Padre Harold Castilla Devoz, cjm, Rector General de UNIMINUTO, en el cual, desde sus experiencias, analizaron los desafíos académicos y sociales del país, con el propósito de fortalecer una educación al servicio de la paz.

Monseñor destacó la importancia del diálogo como herramienta para superar la fragmentación social, “los ejercicios de diálogo dan al país un motivo de esperanza, nunca es un fracaso. La guerra siempre lo es, eso tenemos que aprenderlo. Dios nos creó con capacidad de hablar, de construir entendimientos. La guerra causa un efecto humanitario muy traumático porque destruye los nexos de una sociedad y por ello la mejor manera de transitar nuestras diferencias es desde el dialogo”, aseguró.
Durante su intervención, el Rector General recordó que UNIMINUTO nació con la misión de estar “de frente a las realidades del país”, y que programas como “Con los Pies en la Tierra” reafirman ese compromiso al llevar a los estudiantes a territorios donde se teje la esperanza junto a las comunidades. Destacó que "hacer posible ese tejido social que debe pasar por categorías intensas de solidaridad, justicia e inclusión es fundamental. Desde la academia podemos ser actores importantes de gran impacto social, mirando de frente las realidades y complejidades sociales". Por su parte, Monseñor Héctor Fabio Henao enfatizó que "el país necesita estas iniciativas, necesita abrir diálogos e incentivar la paz".
La jornada continuó con el panel “La huella de las Inmersiones Sociales de UNIMINUTO en las comunidades del país”, moderado por el Vicerrector General de Sedes, Luis David Prieto Martínez, en el que líderes de diferentes organizaciones a nivel nacional, que han tenido la oportunidad de recibir en sus comunidades a estudiantes de UNIMINUTO para desarrollar su proceso de inmersión, compartieron sus experiencias y enseñanzas, haciendo parte de este programa.
La Hermana Luz Marina Valencia López, religiosa de la Compañía Santa Teresa de Jesús y Coordinadora de Alianzas Externas de la Fundación FuEnTe —organización que promueve el desarrollo integral de comunidades vulnerables en Soacha, Ciudad Bolívar, Altos de Cazucá y Ciudadela Sucre en Soacha— compartió una reflexión cargada de esperanza. Con una larga trayectoria dedicada al fortalecimiento de valores como la solidaridad, el respeto por la vida y la reconciliación, la Hermana Luz Marina afirmó:
Muchas veces pierdo la esperanza con la paz en Colombia, especialmente en estos territorios. Pero al trabajar con los niños, pisando la realidad, uno la experimenta. Las estudiantes han logrado transformaciones que se notan en el cambio del lenguaje y actitudes de los niños. Hemos logrado crear un pequeño laboratorio de paz que, aunque inicia con los más pequeños, se extiende hacia el barrio, las calles y sus familias
Destacó además el rol fundamental de las estudiantes de UNIMINUTO en este proceso: “Ellas llegan con su fuerza juvenil, alegría y una entrega genuina. Aunque también llegan con sus fragilidades, en la interacción con la comunidad se da un verdadero laboratorio de sanación mutua. Los niños les enseñan a las estudiantes empatía, gratitud y a valorar lo que tienen, mientras que ellas, a través del diálogo y el acompañamiento, ayudan a transformar realidades marcadas por la violencia”.
En la Amazonía, Monseñor Joselito Carreño, representante legal del Vicariato Apostólico de Inírida, destacó cómo los estudiantes implementaron proyectos productivos que beneficiaron a 17 comunidades indígenas: "Los primeros estudiantes que llegaron en 2022 tuvieron la iniciativa del proyecto de cultivo de plátano y de cacao con nueva tecnología, también desarrollaron un programa de prevención de consumo de drogas que hoy continúa en 17 instituciones educativas del sector".

Luz Denia Siderol, directora del Club Inter de Talentos de San Pablo, Bolívar, y líder social de la Oficina de la Mujer de este mismo municipio, compartió cómo las estudiantes de UNIMINUTO crearon una canción que celebra la vida de las mujeres sampableras:
Las jóvenes dejaron plasmado en una canción que las mujeres somos vida… desde el río Magdalena a la ciénaga de Bija, las mujeres San Pableras llegan ríen y celebran, la vida, ay la vida mía, la vida, ay la vida tuya, la vida, la vida de todas, la vida, ay la vida mía… Esa es una huella que han dejado en grande las inmersiones.
Además, se formaron colectivos de comunicación con enfoque de género que dan nueva visión a los jóvenes.
César Ramírez Peñuela, líder de la fundación Native Dreams en Coyaima, narró una experiencia conmovedora: "A través del diagnóstico participativo con los estudiantes identificamos un niño que no hablaba. Hoy, tras nuestro trabajo, ese niño es el ayudante de la profesora y ya ríe. Para nosotros es fundamental vincularlo a la sociedad".
Sobre lo que se llevan los estudiantes, los líderes coincidieron en que reciben lecciones de vida que transforman su perspectiva. César Ramírez señaló que "rompen el paradigma de la educación cuando llegan al territorio, ven el contraste del aula de clase a la realidad". La Hermana Luz Marina agregó que "las personas en FuEnTe viven la experiencia pura del cuidado en todas sus matices. Los estudiantes se llevan empatía, capacidad de asombro y resiliencia".
María Fernanda Cifuentes, trabajadora social y coordinadora de prácticas de la Vicaría de Desarrollo Humano de la Arquidiócesis de Cali, destacó que los estudiantes "aprenden la convivencia, a vencer los miedos. Vienen de una zona de confort a trabajar desde el ser, a transformarse ellos mismos para llegar a las comunidades".
Al proyectar el futuro, los líderes sociales expresaron sus esperanzas. Luz Denia Siderol pidió que "UNIMINUTO continúe generando impacto y llegue a nuestro territorio", mientras la Hermana Luz Marina propuso "intervenciones permanentes con consultorios psicosociales y laboratorios de paz". María Fernanda Cifuentes destacó la importancia de "seguir teniendo ese recurso humano que nos ayuda a sostenernos en el futuro".
Estos testimonios reflejaron cómo la presencia de los estudiantes en los territorios no solo aporta a su formación profesional, sino que fortalece los procesos comunitarios desde la educación, la reconciliación y el servicio.
El encuentro "Tejiendo Esperanza" demostró que, como señaló el Rector General de UNIMINUTO, el Padre Harold Castilla Devoz, cjm, "la educación con sentido social es el hilo que permite seguir tejiendo un país más justo, ético y solidario", creando puentes duraderos entre la academia y los territorios que construyen paz desde la base.

Como broche final a este encuentro de diálogo y reflexión, se llevó a cabo un emotivo reconocimiento a los líderes sociales en agradecimiento por su invaluable labor como co-creadores de conocimiento y por abrir las puertas de sus territorios a los estudiantes de UNIMINUTO. Este acto simbolizó no solo el cierre de la jornada, sino la ratificación de un compromiso mutuo: seguir tejiendo, desde la academia y las comunidades, una Colombia donde la educación sea el hilo indestructible de la paz y la transformación social.