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La práctica y la formación axiológica en estudiantes desde la modalidad presencial remota. Un acercamiento desde la praxeología

La pandemia ha generado que estudiantes y profesores logren adaptarse y apropiarse de la llamada "nueva normalidad".

La transición abrupta que inicia en 2020 conlleva a una serie de cambios en la cotidianidad de estudiantes y profesores para llegar a adaptarse y apropiarse de la llamada “nueva normalidad”, cambio que impajaritablemente incidió en percibir el caos y el desasosiego ante una situación que solo se podía definir como incierta. En ese sentido, esta coyuntura se reviste de “reinvención”, la cual inicialmente era promovida para materializarla en el escenario de lo privado en cada individuo para progresivamente llegar al aula de clase; ese espacio intangible, pero presente y compartido con compañeros y maestros, y dentro de él, emergió un espacio en el cual, se compartía indirectamente la casa, sala, comedor u otro espacio junto a los distintos sonidos que se pueden hacer a lo largo del día en la rutina familiar.

"La educación no cambia el mundo cambia a las personas que van a cambiar el mundo".

Sin pensarlo, el maestro y estudiante conocieron el mundo del otro y en algunas ocasiones se reconocieron desde la otredad como ese hijo, hermano, padre, madre u otro tipo de papel que pueda desempeñar alguien en su casa (su hogar), y así, la relación docente-estudiante, se convierte en una dinámica docente-hogar-estudiante, en donde el diálogo de  vidas ingresa al espacio formativo virtual el cual demandó un alto esfuerzo en encontrar las herramientas, objetos y ambientes virtuales de aprendizaje, que permitieran dinamizar las clases con la finalidad de que se lograra dar alcance al desarrollo de los temas propuestos en el primer día de encuentro.

 

Bajo esta dinámica, el profesor debe pensar y reflexionar su práctica, problematizarla y gestionarla dentro del aula de clase configurada en un ambiente virtual y constantemente evaluarla, ¿cómo desarrollar ejercicios teóricos-prácticos y llevar su experiencia al aula de clase en un momento de aislamiento social? ¿Cómo conocer los significados que cada estudiante otorga a la clase en una relación docente-estudiante que puede llegar a sentir distante?

 

Adicionalmente, la coyuntura sanitaria, durante varias semanas gestó tensión para identificar cómo gestionar efectivamente la práctica docente, y poder “ir a donde estos fenómenos o prácticas están ubicados (observar, ver, problematizar), y, en un segundo momento, “salvarlos” sociológicamente hablando, es decir, construir teoría a partir de ellos (interpretar, actuar, devolver creativamente)”. (Juliao, 2011, p. 15), pues si bien, en primer momento se percibió que no se podía llegar al fenómeno. No obstante, este no era ajeno al proceso formativo, toda vez que, al presentar una situación que atañía a todos y todas incitó que las observaciones y análisis se lograran hacer desde la cotidianidad; con la claridad de que el acercamiento epistemológico, teórico y metodológico no podía quedar relegado.

 

En este sentido, la relación sujeto objeto se puede comprender desde el estudiante que percibe la realidad social y con la orientación del docente, la analiza para llevar su práctica transformadora y de esta manera involucrarse en un ejercicio de praxis. Igualmente, se busca que este proceso praxeológico no esté fracturado en el sujeto de conocimiento, sino que sea transversal en cada acto de su vida dentro del ámbito ético y estético, en diálogo con sus imaginarios y emociones suscitadas en su formación académica mediada desde ambientes virtuales de aprendizaje, en donde la relación con el otro no llega a percibirse como una interacción material, pues su compañero y profesor no comparten un mismo escenario físico pese a que sincrónicamente se comunican a través de herramientas virtuales.

 

Lo anterior puede conllevar a que se pierda de vista la reflexión que el sujeto pueda construir sobre los otros, a partir de la interacción social y el impacto que puede generar sus acciones sobre las personas con quienes comparte su espacio formativo; de allí que se puedan presentar dinámicas en las que el trabajo de clase se desarrolla desde una perspectiva de ejecución de funciones asignadas, sin fortalecer competencias para la resolución de conflictos y la solución de dilemas éticos estudiantiles.

 

Es así como se presenta un reto en el proceso formativo desde la mediación virtual: la formación axiológica en el estudiante y la apropiación de un ejercicio de reflexión constante sobre cualquier tipo de práctica, concebida desde el diálogo de sus experiencias y la relación con los otros con quienes comparte un mundo cotidiano, en donde sus acciones pueden repercutir positiva o negativamente.

 

De igual manera, surge el cuestionamiento sobre cómo llevar una formación axiológica en el estudiante desde un escenario que se percibe como presente pero intangible, siendo un reto para lograr una educación integral y de calidad, en donde el estudiante se conciba como un sujeto con la responsabilidad de actuar éticamente y al servicio del otro quien necesite de su apoyo, y reconociendo el valor de la diversidad y el respeto de la dignidad humana.

 

Teniendo en cuenta lo anterior, se identifica el valor e importancia del discurso del docente dentro del aula de clase virtual, y cómo desde allí configura un escenario percibido por el estudiante para la generación de compromisos académicos y éticos, que van en constante diálogo con las emociones políticas que sean allí concebidas (Nussbaum,2014), concibiendo que la acción y el discurso deben estar revestidos de una intencionalidad ética; reconociendo al otro y atendiendo a los imperativos categóricos (Kant, 1785) los cuales invitan a reflexionar la práctica en esa relación de “bueno o malo” en su proceso de formación, lo cual implica que el estudiante deba pensarse ¿cuál ha sido mi compromiso con mi formación académica, axiológica? ¿De qué manera transformo y transformaré los fenómenos que analice?

 

Llegará el momento para resolver las preguntas que toda una comunidad educativa presentará ¿cómo dialogaremos y construiremos con el otro en un futuro retorno al aula de clases? ¿Qué sujeto social regresa a la universidad una vez debamos retornar? ¿Qué herramientas virtuales se pueden seguir usando para la formación axiológica en el estudiante que conlleve a la constante reflexión de su práctica? Interrogantes que permite concluir que “estaremos invitados a seguir haciendo praxeología al andar” (Juliao, 2011), para lograr un proceso de devolución creativa a partir de la observación, problematización, juicio y gestión de nuestras prácticas.

 

* Franci Camila Amézquita Torres, docente del Programa de Trabajo Social, de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de UNIMINUTO Bogotá - Presencial.

 

Referencias:

Juliao, C. (2011). El enfoque Praxeológico. Corporación Universitaria Minuto de Dios UNIMINUTO. Bogotá.

Kant, E. (1785). Fundamentación de la metafísica de las Costumbres. [traducción del alemán por Manuel García Morente] Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 1999. España

Nussbaum, M. (2014). Emociones políticas ¿porqué el amor es importante para la justicia?. Paidos. España.

Foto de la docente Franci Camila Amézquita Torres, del Programa de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales, de UNIMINUTO Bogotá - Presencial, autora de este artículo de opinión.
Equipo Rectorías
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