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Columna de nuestro rector padre Harold Castilla Devoz | Formación para la vida

Columna del rector padre Harold Castilla Devoz, cjm, en el diario La República.

Columna del rector padre Harold Castilla Devoz, cjm, en el diario La República.

La semana pasada tuve la oportunidad de estar presente en la ciudad de Cali, participando en el evento “Los Futuros de la Educación”, convocado por el grupo Prisa Media que ha estado muy interesado en aportar en la construcción de una agenda nacional por la democracia posible para bien de todos los ciudadanos.

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La educación sigue siendo el camino adecuado para alcanzar este propósito y donde todos los actores sociales (gobierno, sectores empresariales, instituciones educativas y, en general, sociedad civil) pueden aportar su parte para alcanzar este beneficio.

Por otra parte, también en la ciudad de México, se llevó a cabo, en esta mismas semana, la Conferencia Mundial del IFC (Banco Mundial) respecto al tema “Disrup, Rethink, Redesign”. Otra gran oportunidad para pensar en los grandes desafíos y retos que enfrenta la educación superior enmarcada las nuevas maneras de comprenderla de acuerdo a las expectativas de los actores fundamentales como son las experiencias estudiantes y el mundo del trabajo inmerso en la dimensión digital de la llamada inteligencia artificial (IA).

En estos dos encuentros sobresalen muchos de los temas que hoy nos ocupan en la tarea educativa como Instituciones de Educación Superior (IES) y como estamentos políticos del sector gubernamental y del real empresarial.

 

En este contexto, la reflexión gira en torno al impacto real de la propuesta educativa en la vida de las personas y en la sociedad en general, a la hora de evidenciar que los aprendizajes incorporados o asimilados permitan el desarrollo de competencias socioemocionales y habilidades de convivencia y ciudadanía. Las preguntas que surgen alrededor de esta preocupación son: ¿Qué impacto tiene para las problemáticas nacionales el desarrollo de una política de educación de competencias para la vida? ¿Con qué herramientas se cuenta actualmente para el desarrollo de estrategias de formación en habilidades socioemocionales? ¿Qué correlación existe entre el desempeño académico y el desarrollo de habilidades socioemocionales? Frente a estos cuestionamientos, lamentablemente hay que decir que las competencias socioemocionales suelen ser “el eslabón perdido” de los currículos académicos, en particular en educación superior.

La tendencia a trabajar y moldear ahora currículos basados en habilidades para la industria conducen a olvidar la importancia de la formación universitaria basada en humanidades. La propuesta auténtica sería que las competencias socioemocionales se integren con las técnicas, disciplinares y “duras”. La integración debe darse de manera transversal, a través de un verdaderos proyecto humanístico, y no ser objeto simplemente de una asignatura segmentada.

Es fundamental permitir a los estudiantes fortalecer sus sensibilidades sociales y ambientales relacionadas con grandes problemas de sociedad, para hacerlos mejores seres humanos, más empáticos, capaces integrarse en entornos culturales muy diversos, de trabajar en equipos de alto rendimiento. Fomentar el liderazgo amoroso y la inteligencia emocional se volvió un deber fundamental de la educación, en particular superior.

 

Para lograr estos aprendizajes para la vida y la Colombia del siglo XXI se requiere que el sistema educativo innove con impacto en sus prácticas educativas. Un camino concreto lo encontramos en la formación en responsabilidad social, que coloca a los estudiantes al servicio de las comunidades a lo largo de su carrera, incluso a través de procesos de inmersión real. Este es un camino para que los estudiantes desarrollen aprendizajes significativos que cambia sus vidas con una mejora sustancial de su desempeño académico.

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